Crónica del Nuevo Oriente Próximo, de Javier Valenzuela. (Catarata, 2012)

Osama Bin Laden ya estaba muerto, ideológica y políticamente muerto, el 2 de mayo de 2011, cuando comandos norteamericanos lo abatieron en su escondite pakistaní.

La historia vuelve a galopar en Oriente Próximo. Los pueblos árabes se han alzado por su libertad y dignidad enfrentándose a regímenes tan decrépitos como tiránicos. En tan solo un año, 2011, ya han logrado derrocar a cuatro déspotas: Ben Alí, Mubarak, Gadafi y Sale. Emergen en paralelo nuevas potencias como Turquía, convertida en un modelo posible para la Primavera Árabe, o el pequeño Qatar, transformado en un activo jugador en el tablero regional. Israel ve derrumbarse situaciones que creía eternas, mientras que el Irán de los ayatolás puja porque le sea reconocido un estatus regional a la par que pierde credibilidad y legitimidad internas. Por su parte, los palestinos ofrecen a la comunidad internacional la última oportunidad para aplicar la fórmula de los dos Estados en Tierra Santa.

En esta obra, Javier Valenzuela propone las claves de la Primavera Árabe, desde la revolución del jazmín tunecina a las victorias de los islamistas moderados en las primeras elecciones democráticas en Túnez, Marruecos y Egipto, pasando por la sangrienta represión en Siria y los altibajos en el valle del Nilo. Viene a ser como una continuación de su anterior y admirado libro “De Tánger al Nilo. Crónica del norte de África” que tan buenos ratos nos ha hecho pasar.

La segunda parte es una selección de artículos y reportajes sobre Turquía, Palestina, Siria, la Península Arábiga e Irán, en los que pueden encontrarse pistas para comprender las nuevas realidades de la zona.

Maestro de periodistas, dueño de una prosa clara y precisa, logra admirarnos al narrar hechos que conmueven al mundo, en la llamada primavera árabe. En cada página tienes la convicción de que nos está contando la verdad al alcance de un cronista de reconocido prestigio. Como desde hace años me declaro seguidor de sus crónicas y de sus artículos sé que no puedo ser imparcial. Del mismo modo que nunca podré ser objetivo porque para eso hubiera tenido que nacer objeto. Como Galileo a  sus jueces: “No les pido que me crean, sólo que miren por el telescopio”. Lean el libro y sigan de cerca a este auténtico periodista.

J. C. Gª Fajardo
fajardoccs@solidarios.org.es

Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 10/02/2012