Dhammapada,
Sidharta Gautama - Buda (Editorial Debate)
Está considerado por los especialistas como la cartilla básica del
budismo. Consta de 423 versos escritos en lengua pali y clasificados en 26
capítulos. Recogen los dichos extraídos de los discursos de Gautama Buda,
que vivió hacia 500 a.C. Es conocido por su simplicidad y su legibilidad. Utilizamos la versión de Thomas Clearly, uno de los grandes traductores del budismo, del taoísmo y del zen. Sus textos son un referente clásico para las versiones a otras lenguas. La búsqueda de la paz interior es uno de los empeños más antiguos de la humanidad que ha ocupado a los pensadores más sobresalientes de la historia. Le dijeron un día sus discípulos: “Maestro, lo que explicas no está en escrituras sagradas”. “Pues, ponedlo”, respondió. “Es que no coincide con ellas”. “Pues, cambiadlas”. Buda no enseñó mediante el dogma y el ritual, no aceptaba la autoridad de la tradición, repudió el sistema ario de castas, abandonó el ceremonial del antiguo sacerdocio y habló a las gentes de toda condición en su propio lenguaje. Al definir nuevamente los conceptos de la ética y de la espiritualidad, Buda dio origen a una enseñanza única, sencilla, liberadora y llena de alegría. No proscribió alimento ni bebida alguna, ni impuso ayunos ni abstinencia. El día que murió, ya mayor, había comido jabalí y bebido cerveza. El foco de sus enseñanzas es el control y la libertad del ser, la fuerza y la sobriedad del carácter y la consecución de la libertad y la independencia personales. Cuenta Clearly que un antiguo libro chino, el Wen Tzú, describe el origen y el desarrollo de las complejidades psicológicas humanas. En un principio, “la pura simplicidad no se había perdido aún, de tal modo que los seres estaban muy tranquilos”. Cuando la sociedad se apartó de ese estado originario, “apareció el esfuerzo consciente; las personas estaban a punto de abandonar su espíritu inocente para comprender conscientemente el universo”. Más tarde, “todos se pusieron en pie y llevaron racionalmente la carga de mirar y escuchar” hasta que “las personas pasaron a disfrutar y a desear cosas y la inteligencia se vio seducida por elementos externos; la vida esencial perdió su realidad”. Como el Tao te King, el Baghavad-Gita, el Camino de Chuantzú; los Aforismos del yoga, de Patanjali o los libros de Confucio, el Dhammapada no se debe leer de corrido. Sino como libro de almohada, en pequeñas dosis y sin tratar de memorizar nada, dejándose empapar. |
José Carlos Gª Fajardo
Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 09/10/2009