Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom

Todos hemos tenido en algún momento un profesor a quien hemos admirado, que nos ha entendido y que hasta nos parecía que algunas veces hablaba para nosotros.
Pasó el tiempo, y muchos profesores se han ido difuminando en el olvido pero la voz, el talante y un no sé qué de aquel, hoy viejo, profesor permanece como amonestándonos por no haber sido capaces de entablar una relación más personal.
Es como si hubiera quedado algo interrumpido, o algo por hacer.
Para el periodista deportivo Mitch Albom, esa persona fue Morrie Schwartz, uno de sus profesores en la universidad que lo prepararon para alcanzar los éxitos profesionales que hoy tenía. Pero en su corazón, después de 15 años, sentía su ausencia, algo así como si no se hubieran atrevido a abordar las cuestiones fundamentales de la vida, dinero, poder, valores, familia, perdón, vejez, enfermedad, muerte, amor.
El periodista, ya famoso, un día decide ir a visitar a su viejo profesor y recorre los mil kilómetros que les separan. Cuando llamó por teléfono para anunciar su visita, y después de aguardar unos momentos para que le consultaran, la voz en el teléfono lo animó a venir, y le dijo que el profesor lo esperaba desde hacía tiempo.
Claro, la esposa no se atrevió a decirle al joven que el viejo profesor padecía la enfermedad degenerativa ELA, y que le quedaba poco tiempo de vida.
Mitch va un martes a visitarlo y lo encuentra gravemente enfermo y pasando un doloroso calvario que su esposa, hijos y médicos tratan de aliviar cómo pueden pero, al mismo tiempo, el joven periodista se encuentra con que nada ha cambiado en su maravillosa relación; como si no hubiera pasado todo aquel tiempo. Por eso, decide ir a visitarlo cada martes recorriendo esos mil kilómetros que le permitían preparar su corazón para el reencuentro... mientras fuera posible.
Juntos, en un mágico clima de conexión espiritual, de afecto y de complicidad intercambian ideas, comparten silencios y se atreven a ser ellos mismos.
De ahí el enorme éxito de este libro desde su publicación, bajo el título original de Tuesday with Morrie, y, en español, Martes con mi viejo profesor. Una lección sobre la vida, la muerte y el amor.
Vale la pena armarse con un buen lápiz y no vacilar en subrayar en este libro de apenas 200 páginas, que canta una hermosa amistad.

José Carlos Gª Fajardo

Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 09/04/2010