Muhammad. Vida y enseñanzas del
profeta del Islam,
de Tariq Ramadán (Editorial Kairós, 2009)
“Las horas del alba, durante las cuales se escribió este libro, fueron
horas de silencio, soledad meditativa, y fueron también la experiencia de
un viaje, más allá del tiempo y el espacio, hacia el corazón, hacia la
esencia de la búsqueda espiritual y la iniciación en el sentido. Momentos
de plenitud, y a menudo de lágrimas; momentos de contemplación y de
vulnerabilidad. Lo necesitaba”. Escribe el autor en el apartado de Agradecimientos, y cuenta que hace dos años le pidieron que presentara un film, Tras los pasos del profeta Muhammad, para un canal de televisión británico. Se lo pidieron en vista del aumento de la población de tradición musulmana en los países de Europa. Puesto que convivimos, es bueno conocer lo que piensan otras personas, los que llegan y los que acogen. En ambos sentidos y responsabilidades. “Lamentablemente, escribe con dolor Tariq, dos gobiernos árabes me habían prohibido entrar en su territorio”. Una vez más, la intransigencia, el fundamentalismo y arrogancia de los pretendidos guardianes del mensaje. Y eso que Tariq Ramadán no sólo es musulmán sino que al leer su Vida y enseñanzas del profeta se manifiesta como creyente, pero que piensa y razona y analiza y pregunta y se da cuenta de los cambios de los tiempos que tanto condicionan las vidas y mensajes de profetas de otros tiempos y circunstancias. El Sitz im Leben. “Hemos procurado acercarnos a la vida de Muhammad desde la perspectiva de nuestra época... cuáles son sus enseñanzas para el momento presente… Este libro está pensado para un público amplio, musulmanes y no musulmanes”. Aparte de escribir de maravilla, se ha documentado, ha indagado y se ha asesorado a conciencia y con la responsabilidad del intelectual y académico. Es una delicia leerlo, por supuesto, asumiendo que escribe desde la fe que le anima y que sólo los torpes pueden pretender ignorar, como si no formase parte substancial den entramado de nuestras culturas y civilizaciones. Como el budismo, el Zen, el hinduísmo, el cristianismo y tantas otras tradiciones que sostuvieron encaminar de miles de millones de seres. Por eso, Tariq Ramadán, concluye “la búsqueda de la humildad no puede justificar ningún fallo en las exigencias espirituales ni en la probidad intelectual... Largo es el camino de exilio que lleva a uno mismo”. Kairós, como de costumbre, ha hecho una edición excelente, cuidando una traducción muy buena por exigente. A mí me ha enriquecido. |
José Carlos Gª Fajardo
Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 8/05/2009