Nigeria, clave en la estrategia de EEUU

El presidente Bush acaba de concluir su rápido periplo africano para confirmar el interés de EEUU por las reservas de petróleo de los países del Golfo de Guinea. Por eso, ha declarado que los va a ayudar para que mantengan la estabilidad necesaria con el fin de que sus recursos energéticos garanticen las crecientes necesidades de EEUU. En previsión de dificultades en los tradicionales países proveedores del Golfo Pérsico, Arabia Saudita, Emiratos e Irak e Irán.
Madeleine Albright, responsable de la política exterior de EEUU, declaró el 21 de enero de 1997 a The Wall Street Journal “Uno de los objetivos fundamentales de nuestro Gobierno es asegurar que los intereses económicos de EEUU puedan extenderse a escala planetaria”.
En otra ocasión, confirmó que la soberanía norteamericana no se puede contener dentro de sus fronteras sino que “protegerán los intereses de EEUU dondequiera que se vean amenazados”. No debemos olvidar que, al día siguiente de la devolución de El Canal de Panamá al Gobierno de esta nación, 15 de diciembre de 1999, el Senado promulgó una ley por la cual declaró que “intervendrá en la zona por todos los medios necesarios si en algún momento se vieran amenazados sus intereses”.
Hace unos días, Condolezza Rice, Asesora nacional de Seguridad de EEUU, declaró con motivo del viaje del presidente Bush por cinco países de África que los ideales que sostienen la democracia norteamericana se han extendido a todos los continentes y que el marco para su liderazgo como eje de una economía global en expansión deben incluir medidas para controlar las amenazas planteadas por las armas nucleares y el terror. También subraya que las prioridades de la política exterior de EEUU incluyen una OTAN todavía más fuerte, abierta a nuevos miembros, desarrollando nuevas capacidades y preparándose para nuevas misiones.
De ahí su afirmación de centrar la atención en las complejas relaciones con Rusia y China para avanzar en los intereses comunes y actuar con resolución en regiones claves como Oriente Próximo, África Central, la península coreana y el sudeste asiático, así como en los cuatro países claves: Colombia, Indonesia, Nigeria y Ucrania. Esta afirmación concuerda con lo fundamental de la expresada por la anterior Secretaria de Estado, aunque llevada al extremo de un despotismo imperialista.
Nigeria es uno de los países más ricos de África con una de las poblaciones más pobres del mundo. Con una superficie equivalente al doble de España (923.768 km2), tiene 120 millones de habitantes, lo que significa que uno de cada seis africanos es nigeriano. Con un 43% de analfabetismo y un médico por cada 6.000 habitantes no es de extrañar que la mortalidad infantil supere los 95 cada 1000. La población está concentrada en el sur y tiene una densidad urbana cercana al 40%. Los ingredientes son explosivos.
Es el mayor productor de petróleo de África y el quinto del mundo con la mejor calidad en octanaje. De ahí procede el 90% de sus divisas lo que explica su dependencia del mercado internacional controlado por las siete majors que deciden su inestabilidad política, las sucesivas dictaduras militares y una de las administraciones más corruptas del continente. La economía de Nigeria está en manos de Shell, Mobil, Chevron, Texaco, Elf, Total y Agip que extraen cerca de dos millones de barriles diarios. La Shell tiene un papel preponderante en el delta del Níger y está acusada de genocidio con el pueblo Ogoni así como con los Ijaws. En 1995 hicieron ahorcar al escritor Ken Saro-Wiwa que promovía el movimiento de resistencia ogoni (MOSOP) mientras el Premio Nobel Soyinka tuvo que exiliarse. Sus reservas de gas se estiman en 3,6 billones de metros cúbicos lo que lo convierten en el 3º del mundo. Tiene una deuda externa de 35.000 millones de dólares cuyo servicio consume el 40% de sus exportaciones. El PNB ha descendido a 260 dólares por habitante. Pero Nigeria es uno de los países claves para la Secretaría de Estado de EEUU, junto con Colombia, Indonesia y Ucrania, cuya evolución habrá que seguir de cerca. La población está compuesta por numerosas etnias que inducen a la confusión.
Predominan los Hausas y Fulanis, seguidos de los Yorubas y de los Ibos. Los Hausas significan la mitad de la población y, más que un pueblo, se trata de una lengua poderosa hablada por más de cien millones de personas con un rico y secular pasado cultural unificador. Si perdemos esto de vista, nos perderemos entre el piélago de noticias con las que nos intoxican: siempre hablan de querellas interétnicas y conflictos religiosos. Hablemos más bien de intereses foráneos, de corrupción sostenida y de uno de los estados más artificiales de África que obtuvo su independencia, en 1960, de Inglaterra que dominaba desde 1914. Pocos pueblos en el mundo se pueden equiparar en culturas conocidas desde el siglo IX, con estructura estatal, monarquías controladas por asambleas, alcaldes al frente de municipios con poderes efectivos. En contacto con el Imperio de Malí se islamizaron durante los siglos XII y XIV y se convirtieron en los mayores exportadores de esclavos y de eunucos para los clientes árabes del norte. Son impresionantes las terracotas y esculturas en bronce de los siglos X y XI de Ifé, Oyo, Ilorín y Benin. Francia estimuló el separatismo de los Ibos del sur para hacerse con sus yacimientos de petróleo. No olvidemos que el origen del movimiento de cooperación internacional surge con la terrible guerra de Biafra, en 1967, que causó cerca de un millón de muertos. Una serie de dictaduras militares promovidas por las multinacionales del petróleo han mantenido una inestabilidad que ahora se reviste de conflicto religioso. El problema es que algunos intereses buscan una secesión de las tierras del sur y el conflicto de Nigeria sólo es abordable en la relación geopolítica con sus vecinos musulmanes del norte profundizando en la federación de Estados y no en el desmembramiento de las zonas ricas en minerales e hidrocarburos. Los pueblos africanos tienen derecho a repensar su estructura sociopolítica de nuevo. Junto a Nigeria, destacan en el interés de EEUU Angola, Congo, Camerún y Guinea Ecuatorial. Sin olvidar a uno de los países más pobres de África, el Chad, donde se han descubierto importantes reservas petrolíferas para controlar las cuales está en ejecución un formidable oleoducto a través de Camerún. Los medios de comunicación no hablan de esa importante inversión de las petroleras norteamericanas porque temen que Francia pretenda ejercer sus prerrogativas de antigua colonia mediante sus compañías de petróleo encabezadas por la todopoderosa Elf. De nuevo asistiremos a pretendidas querellas tribales o étnicas en un país olvidado del mundo y cuyas necesidades eran un grito a la humanidad. El Chad era un país rico, pero no lo sabía a pesar de que esas reservas de petróleo se conocían desde la década de los ochenta. Ahora, se apresurarán con las llamadas ayudas humanitarias que no son sino pretextos para controlar los recursos de un país.

José Carlos Gª Fajardo

Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 18/07/2003