Intervalos y palabras
Los medios de comunicación nos bombardean y nos rendimos, incapaces de procesar tanta información contaminada. Intentan arrancar nuestra condición de individuos después de haber sido despojados de la de ciudadanos miembros de comunidades solidariamente responsables. En los orígenes, el intervalo era más importante que las palabras; con el paso del tiempo, las palabras se hicieron más importantes que los intervalos. Se abandonó el silencio creador y la persona se perdió en el ruido de las muchedumbres solitarias. Ya nadie cuestiona la Política como una rama de la Ética pues todo está desordenado por lo que denominan la "Economía de casino", o de transnacionales. Cuanto más palpable se hace la interrelación entre los pueblos, gracias a los avances técnicos, es más evidente la sensación de que no participamos en los acontecimientos que condicionan y hasta determinan nuestras vidas. Nos sentimos llevados, vividos, enajenados y no nos atrevemos a cuestionar el modelo de desarrollo impuesto por los intereses que rigen la economía financiera. Resulta imposible seguir las "cumbres" de esto y de lo de más allá que sin cesar se reúnen en diversos lugares del planeta. Los políticos casi nunca están en sus despachos gobernando -que es para lo que fueron elegidos por el pueblo en la democracia -si no que viven a bordo de aviones que amenazan con producirles un jet lag existencial. Muchos ministros del Sur viajan detrás de los poderosos para preguntarles qué deben pensar y cómo actuar. Después del 11 de septiembre nos han hecho creer que estamos amenazados, que no existen seguridad ni garantías, que el enemigo es el terrorismo que lo condiciona todo: guerras, hambre, amenazas nucleares, ataques biológicos y químicos, desastre ecológico, narcotráfico y crimen, enfermedades y una auténtica mutación en los referentes geopolíticos. La nueva estrategia consiste en que no hay estrategia, tan sólo golpes de efecto. Intentan explicar impresionantes gastos en armamentos, movimientos de tropas y derrumbamiento de todo lo establecido en una carrera hacia ninguna parte, enloquecidos por los miedos a las guerrillas, al narcotráfico, al Islam, a los inmigrantes que amenazan con invadirnos y pronto descubriremos que el objetivo de tanta cacofonía es hacerse con el control del nuevo eje geopolítico en el Sudeste asiático. Hemos asistido a la domesticación del continente americano por parte de EEUU que se consumará con el ALCA, al empobrecimiento inicuo de Rusia y de los pueblos del Este, a la explotación de África hasta extremos de genocidio, al desmantelamiento de las señas de identidad de la Unión Europea y a la transformación de la OTAN en una fuerza de choque al servicio de los dictados de un designio dominante: hacerse con los mayores recursos energéticos en el mundo "de América, África, Oriente Próximo y Asia central, consumado ahora con los de Rusia", para cercar la amenaza que intuyen en Extremo Oriente. Pronto asistiremos a episodios terroristas o de guerrillas en Indonesia, Filipinas, Malasia y otros lugares de la zona que motivarán la presencia de tropas anglo-norteamericanas, una vez asentados en los enclaves del Asia central. Eso si no se deciden a utilizar una OTAN renovada. |
José Carlos Gª Fajardo
Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 31/05/2002