Por razones humanitarias

Humanitario: "dícese del que mira o se refiere al bien del género humano". O, en su segunda acepción, "benigno, caritativo, benéfico". Los diccionarios nada dicen de acciones políticas, de embargo, bloqueo o de bombardeos por razones humanitarias. Sin embargo, el presidente Clinton, ha puesto de moda las misiones humanitarias para referirse a las invasiones o acciones militares para defender los intereses de los estadounidenses. Antes, aún se referían a la defensa de EEUU; después, a los intereses del mundo occidental; ahora, a las presuntas amenazas a los negocios de sus súbditos. No olvidemos que Madeleine Albright declaró, en 1996, que "valían la pena" los bombardeos y el consiguiente embargo económico a Irak que triplicó el número de niños muertos por esa causa. Lo mismo se dijo cuando bombardearon Trípoli, Bosnia, Sudán, Kosovo o Chechenia: era por razones humanitarias. Era por el bien de esos países, para liberarlos de sus tiranos. Aunque luego se comprobara que las bombas enriquecidas de uranio empobrecido dejaran las tierras contaminadas por radiaciones cancerígenas que afectaban a la población sin distinciones de si eran civiles o militares. Un estudio encargado por el Gobierno italiano al Landau Center afirma que cada misil Tomahawk puede generar 1.600 enfermos de cáncer.

Por eso, el filósofo Raimon Panikkar afirma que quizás las guerras sean humanitarias en el sentido de que cada vez matan a más civiles que militares. La Primera Guerra Mundial produjo un 15% de muertos civiles, en la Segunda, la cifra se disparó a un 65%. En la última mitad del siglo XX, en las 'no guerras' que se ventilan en los pueblos empobrecidos del Sur para salvaguardar los intereses del Norte, de cada diez muertos, nueve son civiles.

Todavía se están padeciendo los efectos de la guerra de Vietnam, después de 25 años, en las secuelas que dejaron los bombardeos con napalm y con armas químicas, como el gas naranja que se utilizó para "defoliar la selva" en el delta del Mekong, como se preparan a hacer ahora en Colombia, en los campos de coca. El número más grande de víctimas son ciudadanos estadounidenses, los mayores consumidores de cocaína del mundo. Pero al Departamento de Estado no se le ocurre bombardearlos a ellos. Ahora, Javier Solana, Mister PESC (Alto Representante del Consejo Europeo para la Política Exterior y de Seguridad Común), viajó a Filipinas, por 'razones humanitarias'. En Indonesia los católicos de Timor eran el 8% y los musulmanes el 90%. La proporción del actual conflicto filipino: 91% cristianos y 5% musulmanes. ¿No tienen derecho los musulmanes a la autonomía -que no independencia- garantizada por la Constitución de 1987? Se les había prometido un plebiscito, reforma agraria y representación en el Congreso y en el Gabinete. Pero puede más la presión de la oligarquía no musulmana. ¡Qué estruendo produce el silencio de quienes tanto clamaron por el derecho de los católicos de Timor a disfrutar de una autonomía, y aún de una independencia, que puede desestabilizar una de las zonas más estratégicas del sudeste asiático! A todo esto seguimos preguntándonos qué fue a hacer allí el Mister PESC de la Unión Europea que ni fue bien recibido ni consiguió más que ser mensajero de intereses ajenos. Habrá que esperar a conocer el mandado. Cuidemos de no abusar del término humanitario. Nos basta con que sean razones humanas.

José Carlos Gª Fajardo

Este artículo fue publicado en el Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS) el 12/05/2000