Apostamos por el presente
Una de las frases más socorridas
y menos esperanzadoras, cuando alguien se dirige a los jóvenes,
es decirles que "son la esperanza del futuro". Mientras tanto,
que sigan preparándose que ahora es el turno de los mayores. Estos
lo dicen porque no están muy seguros de sus criterios y viven con
el temor a lo desconocido, sin comprender que en lo inédito, en
lo imprevisto y en esa cota de incertidumbre propia del vivir humano palpitan
todas las riquezas. Partimos de que una cultura puede dar lugar a diferentes civilizaciones y que éstas se caracterizan, como la soberanía, por baremos de sumisión a un poder central. Se requería la capacidad de hacerse obedecer y de hacer ejecutar lo mandado. Por eso fracasan las Naciones Unidas que son manipuladas por los poderosos de este mundo. Pero el Banco Mundial y el F.M.I. así como las decisiones del Grupo de los Siete... países más ricos del mundo imponen las políticas a seguir por el resto de los países de la tierra: comenzando por los 24 del Norte (miembros de OCDEE)y siguiendo por todos los que dispongan de recursos y de la capacidad de endeudamiento creándoles necesidades, atacando sistemáticamente la Educación, por peligrosa y la Sanidad, por poco rentable. También tratan de incluirlos en malabares artimañas de "organizaciones militares para la defensa" (sic), para así decidir a quienes venderán sus armas para defenderse de los potenciales enemigos, a los cuales han armado también y les suministrarán los repuestos necesarios en caso de conflictos, que ya están servidos. La bicicleta se mantiene mientras se pedalea así como el sistema necesita de las guerras y del gasto incesante. Todas las guerras de este siglo suman más víctimas que en todas las guerras juntas desde el nacimiento de Jesús de Nazareth hace dos mil años. Los motivos que las desencadenaron fueron económicos bajo apariencia de religión, de cultura, de nacionalismos, de razas,... de poder,en suma. Pero ha llegado la globalización no sólo para la economía sino para la información, y ésta también es poder. Por eso debemos cuidar que no nos la secuestren bajo criterios de moralidades al servicio de los poderes existentes bajo el instrumento de la censura que tanto daño ha causado siempre. Apostamos por el presente de los pueblos de la Tierra formados por personas: hombres, mujeres y niños. Nos inclinamos ante sus tradiciones y las culturas y las civilizaciones que tejen las urdimbres de su presente histórico. Tan sólo desde el respeto, desde la admiración y el aprendizaje podemos acercarnos y pedir permiso para sentarnos junto al fuego que ellos han encendido. Al regresar de un año sabático universitario en el que, después de largo estudio, pude recorrer durante seis meses veinte países del Africa subsahariana, hablar en cerca de treinta universidades y centros de enseñanza superior, visitar hospitales y unidades sanitarias, hablar con profesores, profesionales de la salud, políticos, embajadores y ministros pero, sobre todo, con hombres y mujeres cargados de experiencia, de ciencia y de sentido, siento que mi vida ha cambiado. No podía ser de otro modo, pues un auténtico viaje cambia tu manera de concebir la vida y tu propio vivir. Ojalá que en los próximos meses la reflexión de lo vivido, reflejada en un libro, contrastada con profesionales y amigos expertos, pueda servirnos para mejor cooperar en estricta igualdad con esos millones de hombres y de mujeres que vuelven sus ojos hacia el norte y nos han acogido mientras encendían un fuego para nosotros. |
José Carlos Gª Fajardo