El país de los hombres íntegros

El Emperador de los Mosse, S M Mogho Naaba Baongho, pertenece a una dinastía con nueve siglos de antigüedad que mantiene un gran prestigio en el "País de los hombres íntegros", Burkina Faso, aunque ya no tenga poder político.
Durante una inolvidable audiencia, uno de sus ministros el Laarlé Naaba Tigré, me preguntaba si durante este largo viaje por más de veinte países no me sentí cansado y tuve la tentación de "tirar la toalla". Cuando le iba a responder que cada noche llegaba con las fuerzas justas y que sólo me programaba para el día siguiente, el Emperador intervino con un proverbio moagh:"Les hommes dignes ne se connaissent qu'une seule fois". Y prosiguió: "En el desierto la vida se limita a las cosas más esenciales y es una experiencia de humildad. Ahí, uno no tiene el derecho a equivocarse. Hubo un tiempo en que los exploradores blancos venían a "descubrirnos", aunque nuestras culturas como usted sí sabe fueran centenarias y algunas más antiguas que las de muchos de estos aventureros. Luego nos llenaron de necesidades y nos impusieron unas formas de vida que amenazaron con desarraigarnos en nombre del famoso desarrollo...Ahora, los voluntarios solidarios vienen a aprender, a cooperar, a buscar juntos las mejores alternativas. Algo está cambiando en el mundo y por eso es bueno seguir su consejo: permanecer con el corazón a la escucha. Así nos encontrarán siempre con los brazos abiertos".
Me pareció fuerte esa imagen del desierto cuando me encontraba dando conferencias en unas treinta universidades y Escuelas de Sanidad, Normales y en todos los Centros de Español que encuentro a mi paso. Visitando a los ministros de Sanidad y Enseñanza Superior, a Rectores y decanos de las Facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias cuando las hay. Informándome y estudiando las posibilidades de los Centros de Investigación de Substancias Naturales para rescatar y "mejorar" la medicina tradicional de acuerdo con nuestras tecnologías: evitar la toxicidad, descubrir los principios activos, buscar fórmulas galénicas, establecer las dosis idóneas y convertir esos hallazgos en medicamentos genéricos al alcance del mayor número de pacientes.
Está siendo duro el camino, las temperaturas no sólo son muy elevadas sino que en el plazo de unas horas cambias del desierto a la costa, hay que cambiar de chip desde el mundo bambara al mundo mandinga, desde los peul o fulani a los tuareghs, desde los akan y ashanti a los hausa o los bassa... y así con decenas de pueblos cuya cultura es preciso respetar y aprender de ellos. Hay que explicar el Proyecto ante profesores colegas expertos en medicina, epidemiología, bioquímica, farmacología... Y uno no es experto en nada, aprendiz en todo, pero con la llave del corazón las gentes se abren y cooperan y sugieren y aportan mil ideas que no se atrevían a formular y así poder sacar el mayor fruto de este Programa de Centros Pilotos de Medicina Preventiva y Tradicional en las Universidades de Africa del que cada uno te va diciendo:"Es como si lo estuviéramos esperando, un sueño que no nos atrevíamos a formular".
)Qué faltaba? Que una universidad como la nuestra pusiese en contacto a unos investigadores y profesionales con otros, que les sirviésemos de "distribuidor" de esa información, que les facilitásemos los medios materiales para llevar a cabo esa medicina preventiva, esas campañas profilácticas, los tratamientos precoces de las enfermedades transmisibles, la tecnología para procesar la información y poder servirse de esa increíble base de datos que les facilite, a sus investigadores, desarrollar todo tipo de investigación que requiera una base con amplia muestra fiable y con una metodología adecuada. Y todo esto sin abandonar las tareas de asistencia y de ayuda puntuales que tan eficazmente están realizando organizaciones humanitarias con las cuales Solidarios mantiene una fuerte relación de cooperación y ayuda, pues la primera cooperación debe darse entre los cooperantes.
Lo intuían, lo sabían, lo esperaban. Así como lo entendieron el Rector de la Universidad Complutense que nos sostuvo desde el primer momento, la Comunidad de Madrid a través de la Consejería de Educación y Cultura y la impagable colaboración y eficacia de nuestro personal diplomático en todos esos países.

José Carlos Gª Fajardo