Guía de perplejos

"El subdesarrollo no es la infancia del desarrollo, no es una etapa del desarrollo. El subdesarrollo de muchos países es la consecuencia histórica del desarrollo de pocos. Es la pobreza de muchos la que ha hecho y hace posible la riqueza de pocos, dentro de cada país y a escala universal. El hambre de muchos es hermana siamesa del despilfarro de pocos, y uno se pregunta: ¿En qué supermercado han comprado esos pocos el mundo?".

Estas palabras de Eduardo Galeano introducen una profunda reflexión de "Paz y Solidaridad" que lleva por título "Frente a la desorientación o guía de perplejos", que valen por todo un tratado aunque no se compartan todas sus conclusiones. Y es justo y solidario abrir nuestras páginas a quienes se atreven a pensar en voz alta y gritar con Paulo Freire que "en el conflicto entre el poderoso y el desposeído, no intervenir no significa ser neutral, sino ponerse al lado del poderoso".

Ya el Presidente Kennedy, tan en las antípodas de estos autores, había afirmado que el permanecer neutral en tiempos de crisis es garantizarse el peor lugar en el infierno. Sólo en el lenguaje de los cobardes o en el de los instalados en un sistema de opresión e injusticia cabe decir que no hay nada que hacer, que las cosas han sido siempre así y que siempre habrá pobres y ricos. Esto no es cierto. Desde las páginas de este Boletín no hemos dejado de clamar por un orden social más justo que nos permita rescatar la solidaridad sin fronteras como principio de todo pacto duradero de civilización. Ya no se trata del enfrentamiento Este-Oeste sino de algo cuyo abismo se ahonda cada vez más entre los pocos pueblos ricos del Norte y los innumerables empobrecidos del Sur. Por eso queremos golpear las conciencias con retazos del dolor de millones de personas que, por no tener, no tienen ni voz ya que se la hemos arrancado entre todos a zarpazos. No es posible vivir ni dormir como si no estuviéramos en un planeta a la deriva conducido por ciegos borrachos de sí mismos

Mientras los medios de comunicación manipulan nuestras conciencias, permitidnos que recordemos algunos datos para movernos a la reflexión y a la acción. Nosotros afirmamos que la primera condición que hay que buscar y exigir en el programa de cualquier partido político es su apuesta por la justicia social y por la solidaridad. Todo lo demás pertenece a ámbitos de la conciencia tan personales e íntimos que apena ver desperdiciada en ellos tanta tinta que debería oler a la sangre y al sudor y a las lágrimas de los marginados de este mundo.

En nuestro planeta, un 20% de la población dispone del 82''7% de los ingresos totales mientras que otro 20% sólo disfruta del 1'4%. Por Norte se entiende ese 20% de la población mundial que conforman 25 países entre los que se encuentra España. El Sur es el 80% restante que agrupa a más de 150 países. A nivel mundial, el 20% de la población más rica tiene 60 veces más ingresos que el 20% más pobre. En más de 50 países se aplica la pena de muerte y esto es condenable desde cualquier punto de vista. El no afirmarlo radicalmente debilita cualquier otro tipo de argumento sobre el derecho a la vida así como no condenar sin paliativos la guerra. En la década de los 80, cada minuto se gastaron 200 millones de pesetas en armamentos. Hay que recordar que en el mundo hay un soldado por cada 43 habitantes y un médico por cada 1030. Que un tercio del comercio total del Sur está referido a armas. Que un sólo minuto de gastos militares sería suficiente para alimentar durante un año a 2000 personas. Que el monto total de ayuda de los países ricos al desarrollo no llega al 15% de lo que gastan en armamento. Toda esa ayuda equivale a lo que gastan en armamento en 18 días. ¿Qué pasaría si esos recursos fueran utilizados para promover el bienestar para todos? Que no se cierre ni una industria pero que se transforme su producción. No es utopía sino realismo.

Sólo un nuevo orden internacional más justo podrá cambiar el actual desequilibrio entre Norte y Sur. Entender los mecanismos que han originado y que mantienen esta situación nos permitirá reconocer las estructuras económicas y políticas responsables de este desarrollo letal. Cooperar es luchar y trabajar unidos hacia horizontes comunes desde realidades comunes. Por eso sólo hay intercambio si hay comunicación y diálogo.

Volveremos sobre estos temas porque, como afirma un proverbio masai, "La tierra no es un regalo de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos"

José Carlos Gª Fajardo