La seducción de las nuevas ideologías

Es necesario abrir un amplio debate entre los responsables de las asociaciones humanitarias y de las organizaciones no gubernamentales para la expansión de la sociedad civil. Abordar la globalización resultante de un modelo de desarrollo que se ha revelado funesto para tres quintas partes de la humanidad, la marginación de la mujer, la explotación de los niños, do, la agresión alel hambre en el mundo, la agresión al medioambiente, la espeluznante industria de las armas que sostiene 33 guerras vivas que producen millares de muertos para que ellas puedan desarrollar su siniestro cometido, el negocio criminal del narcotráfico que blanquea cada año más de 400.000 millones de dólares en los bancos que luego lanzan costosas campañas publicitarias de imagen para intentar lavar su mala conciencia, el escándalo de la industria farmacéutica que hace negocios monstruosos con medicamentos vitales para erradicar graves enfermedades muchas veces con patentes de principios activos robados a los empobrecidos pueblos del sur y, finalmente pero no lo último, el sistema de la nueva economía basado en la especulación y en la libre circulación de capitales sin más cortapisa que sus propios intereses.

Todo esto nos lo quieren vender por medio del dominio que ejercen en los medios de comunicación informatizados como algo tan natural como la ley de la gravedad o el trazado de las órbitas de los planetas. Lo denominan las sagradas leyes del mercado y su fatalismo es tan demoledor e injusto como el destino, la predestinación o el determinismo histórico.

No olvidemos que la industria del cine, la televisión, la música y en general del ocio, es propiedad en cerca de un 90% de los ricos países del norte que con ella ejercen un auténtico neocolonialismo de las mentes como si se tratase de una nueva religión ante la que no cabe disentir si uno no quiere verse marginado por el sistema, que ellos han impuesto.

Y luego dicen que han muerto las ideologías. Qué es el consumismo, la globalización y la nueva economía sino una ideología radical y deletérea. Afecta no sólo al imaginario de las gentes sino a las más diversas cosmovisiones que son erradicadas como enemigas del nuevo dios de lo efímero, del consumo rápido y de la aceleración imaginística que impide pensar porque pensar es pecado. Al igual que el no tener que, en la nueva moral sin ética, también es pecado.

Es preciso desencadenar un movimiento desde las raíces y expansivo que integre a los hombres y mujeres de este mundo cada vez más al alcance de nuestros sentidos. Es preciso recuperar las señas de identidad amenazadas o perdidas. Es preciso convocar a quienes tengan algo que decir antes de que sea demasiado tarde y sólo se puedan oír los gemidos en el silencio impuesto por el torbellino arrollador del cainismo que sucederá al gran hermano, ya con minúsculas porque se ha revelado no como vigilante universal sino como destructor de identidades.

Como dice Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique: "Hoy sabemos, con espanto, que nuestra sumisión y el control de nuestros espíritus no serán conquistados por la fuerza, sino a través de la seducción; no como acatamiento de una orden, sino por nuestro propio deseo; no mediante el castigo, sino por el ansia de placer..."

José Carlos Gª Fajardo