Niños para la alegría
Me gustaría que releyerais "La
luna nueva" de R. Tagore, antes de abordar esta carta. O lo que Khalil
Gibran cuenta en el Profeta sobre los niños... y tantos otros autores
que han sabido descubrir en ellos el mundo más cercano a la auténtica
realidad, a la recuperación de la identidad perdida, al rostro
originario de las cosas. Qué bien se comprende, en ciertos momentos,
el consejo que recibió Nicodemo "si no os volviérais
como niños..." El programa para los próximos meses no deja una sola semana sin tres o cuatro conferencias, aparte de la rutina normal de mi Facultad y de los Seminarios, Servicios Sociales, proyectos para los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Asuntos Sociales; preparar los Encuentros en la Sierra aquí cerca de Madrid y en otras ciudades de España; preparar los viajes del verano a catorce países de América y, por fin, a algunos de África; seguir de cerca los trabajos de las delegaciones de la ONG en otras ciudades y países; preparar el Curso de Verano en el Escorial; ayudar a los objetores de conciencia que cumplen con nosotros la PSS y que ampliaremos para la próxima convocatoria; atender las llamadas, las cartas y las visitas de quienes buscan ayuda para proyectos en el Paraguay o en Kenia o en Colombia, Nicaragua etc ;.la publicación cada semana de este Boletín y enviarlo a casi tres mil amigos; la edición de un amplio folleto en que se resumen nuestras características, actividades y servicios para poder enviarlo a tantas personas que se interesan por el voluntariado social desde esta actitud de independencia, de seriedad y de servicio... No me quiero quejar aunque el otro día, levanté la puerta del garage de mi casa para salir antes de amanecer, como suelo, y volví a cerrarlo y me metí en casa... creyendo que regresaba de trabajar. El chasco fue, al subir las escaleras, comprobar que todos dormían y que allí estaba mi taza de desayuno. No me atreví a contárselo a nadie. En estos días es trepidante la actividad para presentar los diversos proyectos dada nuestra limitación de recursos y cumplir con los plazos marcados en el BOE. Y, de repente, aparecen sobre tu mesa unos folios con una idea apasionante que te despeja la mente, alivia el cansancio y pone las neuronas a trabajar: la creación de una guardería en la Ciudad Universitaria para niños de 0 a 4 años hijos de estudiantes sin recursos para poder enviarlos a un centro privado o sin ayuda familiar para cuidar de ellos. La idea es hermosa. Cuántas estudiantes han tenido que interrumpir su carrera, o sus relaciones o un proyecto de vida en común por un embarazo en plenos estudios. Sin acabar la carrera o preparando un doctorado o unas oposiciones o un MIR Este sí que es un tema apasionante y muy propio de nuestra ONG: unos jóvenes, en plenos estudios, pueden encontrarse marginados por una sociedad que, en lugar de ayudarles, les pide cuentas o les da consejos.)Quién es nadie para juzgar a nadie? Lo que importa es la realidad: una joven estudiante o una pareja con un niño que quieren cuidar como se debe y carecen de recursos. Pues aquí interviene la ONG "Solidarios para el Desarrollo": Crearemos en el campus una guardería para niños de 0 a 4 años donde las madres podrán dejar a sus hijos durante el horario de clases: de ocho de la mañana a ocho de la noche. Los podrán visitar en sus ratos de descanso, jugar con ellos o darles de mamar, y sacarlos a pasear cuando ya anden. Sentirse felices de tener un hijo y saber que la comunidad universitaria los sostiene, los apoya y les dará prioridad en las oportunidades de trabajo que surjan. Ojalá llegue el día en que cada Campus disponga de un Centro semejante. Desde aquí os pido sugerencias, experiencias y apoyos. Al frente precisaremos un buen profesional remunerado. Necesitaremos unas becas para las/los voluntarios que se turnen en ese formidable servicio: querer a esos niños, cuidarlos, mimarlos, bañarlos, jugar con ellos, hacerlos reír y consolarlos cuando se refugien en nuestros brazos. En esa edad se marcan caracteres indelebles de la personalidad. Que ningún niño sea un estorbo o una carga para nadie. Necesitaremos esas ayudas de tantas madres, con los hijos ya criados y que llaman para ofrecer su colaboración. Y que se preparen todas las asociaciones pro vida que nos inundan con sus mensajes: ahora los queremos aquí para cambiar pañales, dar biberones a esos niños que han nacido para ser felices: niños para la alegría. Nos pondremos en contacto con la escuela de Enfermería, y con la Facultad de Medicina, con Pedagogía y con quien sea menester. Pediremos, una vez más, ayuda al Rector de esta Universidad, al Ministerio de Asuntos Sociales, a la Comunidad y al Ayuntamiento. Un niño es la Creación en su despertar. |
José Carlos Gª Fajardo