RETAZOS 034 Vida cotidiana
El
discípulo preguntó al Maestro: - Señor, ¿dónde está la Verdad? - En la vida cotidiana, en los actos más simples de cada día. - Pero yo, en mi vida diaria, no veo verdad alguna. Todo es rutina, - respondió el discípulo. - Esa es la diferencia, - explicó amable el Maestro-, que unos la ven y otros no. - ¿Cómo podría hacer?, - suplicó honestamente el joven -. ¿Se trata de estudiar más los libros sagrados, de meditar más y de sacrificarse? - En modo alguno, - respondió el Maestro -. Se trata de mirar más allá de las apariencias, de descubrir lo esencial que palpita en l o sublime y en lo rutinario, en lo asombroso y en lo cotidiano. - ¡Ayúdame!,- volvió a implorar el joven que tenía la cabeza demasiado amueblada. - Todo lo que hagas, despierto o dormido, forma parte de una Unidad eterna en la que vivimos, nos movemos y somos. Tú, cuando comas, come; cuando bebas, bebe; cuando duermas, duerme. - ¡Ya lo hago, Maestro! - No. Tú cuando tienes hambre, comes; cuando tienes sed, bebes; cuando tienes sueño, duermes. - ¿Y tú, Maestro? - Yo cuando como, como; cuando bebo, bebo y cuando duermo, duermo. Haz cada cosa como si fuera única, porque es única. Y en esa concentración y simplicidad reside toda la sabiduría. E pois... - ¡Mais nada!, - repuso sonriendo el discípulo. |
José Carlos Gª Fajardo
Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de
cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo