RETAZOS 064
El río que nos lleva
El Maestro insistía en que, si un problema está bien planteado está en su mitad resuelto. - Pero las preguntas no son problemas, - apuntaba Sergei. - En principio, no hay problemas sino oportunidades, desafíos que nos va presentado la existencia. Una vez interpretados, o descodificados, aparece la respuesta. - La pregunta está dentro del problema. O sea, es y no es a la vez. - O parece ser ella misma y su contraria. La pregunta encierra la respuesta, si está bien formulada, - sonrió el Maestro. - O sea que la lógica y la razón, a veces nos pueden desconcertar. - Esa es la palabra y, en el Chan, todo lo que rompe el equilibrio, la serenidad y la armonía debe suscitar alarma. - Maestro, Apacible señor, ¿qué es la Verdad? - ¿Así, con mayúscula? Pues, la verdad es lo que todos buscamos. Nadie la tiene en propiedad ni está en su poder administrarla. Alumbra por sí misma, como el agua que brota de la tierra o entre las rocas, cuando las condiciones son propicias. - Entonces, ¿la verdad, Maestro? - Es la vida de cada día. - ¿Cómo? En la vida cotidiana sólo hay vulgaridad, reiteración, rutina, pero la verdad no se ve por ningún lado. - En eso estriba la diferencia, en que unos la ven y otros no - contestó con una amplia sonrisa el Maestro que ya se levantaba para ir a sentarse bajo su magnolio favorito en la ribera del río. - ¡Voy a preparar el té, Sensei! - Esa es la verdad... - ... y los alcorques. |
José Carlos Gª Fajardo
Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de
cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo