RETAZOS 069 Otra Lógica
Estaba Sergei sentado tranquilamente mientras saboreaba la taza de té
humeante que había preparado el Maestro cuando éste le dijo con una sonrisa: - Venga, Sergei, ¡suéltalo de una vez! - Oh, Venerable luz que ilumina, ¿quién es un renacuajo para competir con su Maestro? - ¿No tenías que contarme una historia que sucedió en tu pueblo? Aunque, ¿cuál es tu pueblo? - Allí donde habito en paz, Venerable señor. Nací en la estepa rusa pero el viento me trajo hasta tu morada para ilustrarme... - Sergei, ¡empieza ya y no me des más vueltas! - Pues resulta que llegó un político a arengar a las gentes del pueblo y no paraba de decirles: “El que tenga dos vacas que de una a su vecino. El que posea dos fincas que reparta una entre sus prójimos. Quien tenga dos túnicas que dé una al necesitado. Deben aprender a ser solidarios. Lo único urgente es compartir” - Eso parece sensato, - dijo el Maestro, mientras lo miraba de reojo y lleno de picardía. - Sí, pero, entonces, se oyó una voz que dijo: “Ilustre orador, ¿no es cierto que tienes dos pares de bueyes?” “Sí que es cierto”, - respondió el político. “Entonces, ¿por qué no nos das uno para los trabajos de este pueblo?” “Ah, respondió sin inmutarse el orador –, eso es otra lógica.” - Sergei, ¡desde ahora te hago jardinero de mi jardín! Porque has aprendido a no fiarte de las apariencias. Y mucho menos, de los Maestros. Atiende a sus palabras, mira la mano que te señala la luna pero no te fíes ni un pelo de su conducta. - ¡Pues estamos bien!, como dice Su Paternidad - le espetó Sergei, mientras los dos estallaban en una sonora carcajada. |
José Carlos Gª Fajardo
Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de
cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo